Javier Muro lleva haciendo magia desde 1.984, y es mago profesional dedicado a la magia a tiempo completo desde el 2.003.
En mis espectáculos combino la magia con el humor haciéndo que el público pase un rato agradable y divertido, y los niños como público especial que es, necesitan un enfoque y un trato diferente al público adulto.
Por ello, para mi NO sólo es importante hacer bien la magia, sino también, la manera de dirigirme a los niños y de transmitir desde el corazón, unos minutos de alegría para ellos.
Por ello he creado:
EL CÓDIGO ÉTICO DE JAVIER MURO
1. En mis espectáculos siempre hay un respeto hacia todo el público, y en especial hacia los niños/as. Creo que se les debe valorar, tratar con dignidad y con mucho respeto.
2. Ellos son los protagonistas y los que hacen la magia, yo no hago nada. La magia sale sola, esta es mi filosofía, no es necesario un mago con "poderes especiales", simple-mente un niño que cree en la magia, y si ellos creen, la magia se hace realidad, porque, ¿no es mucho más bonito que los niños piensen que han sido ellos quienes lo han hecho, en lugar del mago? Para un mago no tiene mérito hacer magia, pero sí para un niño, y eso seguro que lo van a recordar durante mucho tiempo.
3. Hacer reir pero NUNCA a costa de los niños que salen a participar. Se van a reir del mago, de las tonterías que hace, de sus torpeces, etc., pero nunca ridiculizo a nadie ni les hago pasar un mal rato. Pienso que nunca se debe dejar en ridículo a un niño/a para hacer reir a los demás, ya que eso puede crear un trauma, y esa no es la finalidad de la magia. Hay muchas maneras de hacer humor sano sin tener que recurrir a eso. Es muy fácil hacer feliz a un niño, ¿por qué no intentarlo?

4. Los niños/as que saco a participar es porque ellos lo desean NO porque les obligue a salir. Si un niño/a no quiere salir a participar en el espectáculo comigo, yo lo respeto, y no le fuerzo a salir. Hay niños más tímidos que no les gusta ser el centro de atención de todos y hay que respetarlo.
5. Nunca utilizo palabras soeces, palabrotas ni alusiones al sexo en mis espectáculos. No es necesario y no sería más divertido por decirlas, y los niños muchas veces no las entienden.
6. Adapto mis espectáculos a las edades de los niños/as, para que puedan seguir el espectáculo, lo disfruten y no se distraigan. Y algunas veces los adultos se sorprenden, de como han aguantado los niños/as 1 hora sentados sin levantarse durante todo el número. Para mi es normal, si están disfrutando de algo interesante y entretenido, no te quieres perder ni un detalle.
7. Me pongo a su altura e intento ser un niño más, aunque un poco más grande de tamaño, pero un poquito torpe, olvidadizo, porque no tiene ningún sentido para mi tomar una posición por encima de ellos, además cuanto más me pongo a su altura más disfruto, y ellos también, porque estoy transmitiendo algo desde el corazón.

Algunas veces al acabar el espectáculo, se me acerca algún niño y me dice que le ha gustado mucho. Esta es la mejor señal de que voy por el buen camino, porque ellos son sinceros, y dicen lo que sienten.
Ellos son el futuro, si son felices tendremos una sociedad mejor, con menos delincuencia, odio, etc. A mi me merece la pena trabajar por ello, ¿y a ti?
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